Experiencia en un caso de lesión medular


Estoy esperando en el aeropuerto de Madrid para regresar a mi destino Palma de Mallorca y vuelvo de la segunda parte del curso avanzado de Kinaesthetics, y ante el comentario de Mercedes “¿Por qué no escribís vuestras experiencias para compartirlas entre todos?; ¡que malos!”, pues me ha tocado la fibra y he decido no guardarme para mi sola algo tan especial e importante, como ha sido una de tantas vivencias que me aporta mi trabajo; así que ahí os dejo unas líneas con la mayor sencillez y con la esperanza de que nos animemos a entregar lo mejor de nosotros en cada caso que llegue a nuestras manos.

Cuando te encuentras en tu práctica profesional con situaciones que para ti sólo pueden durar unos minutos, pero para la persona implicada duran 24 horas al día el resto de su vida, te das cuenta que cualquier palabra, consejo, técnica o método que conoces puede servir de gran ayuda.

Me plantee que X, quien ha sufrido un accidente de tráfico y como resultado tiene una lesión medular que le afecta, entre otras muchas cosas, a la movilidad, debería mejorar su competencia motriz de las partes de su cuerpo de las cuales tiene control, como son sus brazos, parte superior de su tronco, su cabeza y cuello. Así es que una las actividades que habíamos identificado que requería mucho esfuerzo para ella y para la persona que le asiste, era poner el pañal una vez salía de las sesiones de piscina. Así que aquí empieza la historia...

El problema no era poner el pañal, si no la manera cómo se le ponía, ya que requería mucho esfuerzo físico por parte de quien le asistía y ella (la paciente) no participaba a penas en dicha actividad dadas sus condiciones de disminución de la movilidad por la lesión medular.

Al analizar la situación, encontré muchos factores que intervenían para que la actividad fuera más pesada de lo que yo pensaba debería ser. Una camilla estrecha, baja y estática; un cuidador de estatura alta y una chica con ganas de poder ayudar pero con limitaciones para poder hacerlo. Esta situación la planteé al grupo de compañeros del curso avanzado de Kinaesthetics y junto con Rosmarie y Mercedes fuimos pensando posibles soluciones para mejorar la situación.

El objetivo era mejorar la competencia motriz de X, además de adaptar el entorno donde se debe realizar la actividad y, si fuera posible, mejorar la postura del cuidador mientras le asistía en la puesta del pañal y colocación de prendas de cintura para debajo de X.

He intentado apelar a los conocimientos básicos de ergonomía y a los conceptos de Kinaesthetics  tratados en el curso para trasmitir mi inquietud a X y a su cuidador, y durante unos meses entre los tres fuimos buscando estrategias para mejorar la situación.

De una parte retiramos la camilla de la pared unos centímetros (cambio 1) para darle más espacio a X, ya que es demasiado estrecha y dificultaba los cambios posturales; propuse al cuidador que se sentara (cambio 2) frente a la camilla cuando le fuera a poner el pañal, así como cuando tuviera que ayudar a secarla, quitar el bañador, y girarla para terminar de poner el pañal y el pantalón; ya que todas estas tareas las hacía el de pie. Buscamos una silla con reposabrazos para que X se pudiera apoyar (cambio 3) cuando estaba en decúbito lateral, además de que se podía  apoyar en las piernas del cuidador (cambio 4) estando ella de lado, dándole más seguridad con el contacto. Con esto ganamos mucho a todo nivel.

Ya teníamos todo casi a punto, pero era cuestión de empezar a probar y practicar. Cual fue mi sorpresa, cuando vi que ellos solos con las indicaciones que les había dado ya lo habían empezado a hacer de una manera más fácil e incluso ya lo hacían de manera rutinaria.

El aspecto que más me inquietaba era que cuando le solía poner el pañal, se lo hacía como cuando ella era pequeña, es decir como a un bebé (cogiéndola por las dos piernas y elevándolas para poder pasar el pañal hacia los glúteos), y eso para una terapeuta ocupacional y con conocimientos en ergonomía era un error que no podía dejar pasar. Así que me dispuse a explicarle y a probar con él otras maneras de hacerlo sin que le generara tanto esfuerzo físico; tengo que decir que fue una cosa muy fácil de solucionar dado que el cuidador tuvo un dolor fuerte a nivel lumbar (refirió haberse quedado “enganchado”) por lo que no fue necesario explicar mucho en la importancia de corregir este aspecto.

Pero, aun así, yo no seguía tranquila, porque día a día iba viendo cambios significativos en la movilidad de X a nivel de miembros superiores, tronco superior y mayor fuerza en los brazos y mano izquierda; y mejor aún, ¡veía en sus ojos unas ganas enormes de mejorar y la ilusión que nunca se debe perder de luchar por hacer mejor las cosas!

Seguimos nuestro entrenamiento en la sala de terapia ocupacional y un día les plantee de volver a revisar la manera como podría X participar más en la tarea de poner el pañal y el pantalón después de salir de la sesión de la piscina. El objetivo ahora era más kinaesthético (si me permitís ese adjetivo), pues lo que quería buscar ahora era una participación mayor por parte de X, ya que el tema del entorno y el entrenamiento del cuidador estaba solucionado; así que para ello necesitaba introducirlos en los conceptos como la interacción, masas y espacios intermedios, la organización del peso de modo diferenciado, entre otros.

¡¡A partir de aquí se abrió otra ventana la cual permanece abierta tanto para XXX como para el cuidador y por supuesto para mi!!

No me quiero extender mucho más pero os quiero contar que han habido cambios positivos, pues hemos pasado a que entre ellos ya no haya una interacción unilateral (cambio 5), donde el cuidador movía según sus propias necesidades y X estaba pasiva y no podía hacer nada (no podía ayudar porque ni el entorno, ni la manera de ponerle el pañal y el pantalón permitían que pudiera hacerlo) a una interacción secuencial, ya hay comunicación y participación por parte de X, incluso X le pauta de manera verbal (por ejemplo diciéndole que le dé tiempo para hacer algún movimiento). El cuidador ha bajado el ritmo (cambio 6) que llevaba en cuanto a la velocidad y al tiempo para hacer la actividad, y de esta manera X puede adaptar los movimientos que tiene a nivel de cuello, brazos y una mano; ahora ella puede ayudar y participar en la dirección, velocidad y en algunos momentos la fuerza. Además lo más gratificante es lo que expresa ella de notar ir mejor, a pesar de que su nivel funcional ni su fuerza a mejorado especialmente; sólo se ha reorganizado y ello le permite ser más activa.

En este momento aunque el cuidador es quien debe iniciar y dirigir la actividad y los diversos movimiento que ello requiere,  X puede acompañar y seguir los movimientos desde su tronco superior, brazos, cuello, cabeza y cada vez va siendo más fluido.

Analizando la nueva situación X puede participar más activamente cuando está en decúbito lateral, ya que en esta posición usa mejor sus masas y espacios intermedios (cambio 7) a nivel de cuello y axilas (hombros); y ahora el cuidador no le ayuda desde sus brazos (cambio 8), cosa que le limitaba a ella aún más y de lo que él no era consciente.

Ella, al tener libertad de movimientos en sus brazos y además un apoyo rígido como es el reposabrazos de la silla del cuidador, cuando está de medio lado, le permite también sujetarse y ayudarse para no caer (cambio 9); recordemos que la camilla es estrecha y a pesar de haber ganado algo de espacio entre la pared y la camilla del otro lado no tenemos nada en el otro lado; aquí ahora tiene la piernas del cuidador, quien está sentado asistiéndola; de esta manera también ella se encuentra más segura y al cuidador le disminuye el esfuerzo de tener que aguantarla.

El cuidador actualmente, sólo debe facilitarle el movimiento a X a nivel de las piernas y en alguna ocasión a nivel de la cadera, bien sea para separarle las piernas estando ella en decúbito supino y poner el pañal por la parte de adelante y posteriormente poner en decúbito lateral para acomodar y sujetar el pañal (esto lo debe hacer hacia los dos lados, derecha e izquierda para garantizar que quede bien puesto el pañal); de igual manera debe hacer esto para poner el pantalón.

Creo que ha sido una experiencia muy enriquecedora para mí, pero sobre todo para ellos, dado que tengo la sensación que esta actividad que era liosa, difícil y de mucho esfuerzo, ha pasado a un segundo plano desde que lo hacen de esta manera.

Mi reto final es lograr que X mantenga esa competencia motriz que ha mejorado y que entre ellos se produzca una interacción simultanea-conjunta donde sus movimientos se adapten y ajusten más sin saber quién dirige y quien sigue los movimientos necesarios para algo tan aparentemente sencillo como poner un pañal.
 


Autora: Edith Pérez Hernández. Terapeuta Ocupacional, Especialista en Ergonomía. Curso avanzado de Kinaesthetics 2016.

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